#OPINIÓN | Año 2025: Los grandes desafíos para Chihuahua

#OPINIÓN | Año 2025: Los grandes desafíos para Chihuahua

#OPINIÓN | Estamos en los últimos meses del año y en la temporada de análisis y proyección de los retos que tendremos que afrontar como sector y como sociedad chihuahuense en 2025.

Hoy les hablaré de las principales problemáticas que, considero, debemos tomar en cuenta para poder hacer una revisión profunda, ante un panorama desafiante propiciado por diversos factores, algunos bajo nuestra responsabilidad y otros causados por elementos externos o incontrolables por el ser humano.

Hablemos primero de la crisis hídrica y la sequía prolongada. Definitivamente, hemos alcanzado niveles críticos que afectan de manera significativa la economía regional. Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la presa La Boquilla, la más grande del estado, se encuentra al 15.8% de su capacidad y podría bajar al 12% para marzo de 2025. Esto ha reducido la disponibilidad de agua para riego, afectando la agricultura de temporal y proyectando un ciclo agrícola “negro” para el siguiente año.

La falta de agua impacta también a cultivos de alto valor, que dependen del riego, y la situación se agrava con el encarecimiento de los créditos agrícolas. En ese sentido, el Banco de México reporta un aumento del 5% en el costo del financiamiento, lo cual amenaza la estabilidad de muchos productores, que podrían enfrentar problemas para cumplir con sus pagos.

Otro desafío tiene que ver con el rezago y deterioro de calles y carreteras en la entidad; la infraestructura vial de Chihuahua está en condiciones críticas, con más del 40% de las carreteras en el estado requiriendo mantenimiento urgente, según la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). Asimismo, los recursos recientemente anunciados por la presidenta Claudia Sheinbaum, 4 mil millones de pesos, para reparación de carreteras federales, son positivos pero insuficientes para cubrir las necesidades de todo el país; esto afecta la competitividad del estado al encarecer el transporte de mercancías y limitar la conectividad.

El mal estado de estas vías incide especialmente en sectores como el agrícola, ya que dificulta la movilidad de productos y la interacción entre los centros de producción y los mercados de consumo.

Hablemos también de la contaminación ambiental y de los vehículos que son ilegalmente internados al país; dicha contaminación se agrava con la llegada de vehículos provenientes de Estados Unidos, regularizados mediante decretos federales. De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la importación de estos autos ha crecido un 30% en el último año, empeorando la calidad del aire en la región.

Por ello, resulta urgente implementar leyes que limiten la entrada de vehículos contaminantes y sancionen a quienes no cumplen con las normas ambientales. Esto ayudaría a mejorar la calidad del aire y fortalecería al mercado vehicular formal, que enfrenta competencia desleal por la importación de autos usados.

Finalmente, tenemos desafíos económicos y la falta de una estrategia para aprovechar el nearshoring; Aunque la cercanía con Estados Unidos debería facilitar la atracción de inversiones, no se observa un plan integral y articulado que promueva la relocalización de empresas. Esto representa una oportunidad perdida para generar empleos y dinamizar la economía regional.

Por ello, en el Consejo Coordinador de Chihuahua consideramos necesario un esfuerzo conjunto entre el gobierno estatal y federal, para desarrollar políticas públicas que permitan atraer empresas internacionales interesadas en acercar sus cadenas de suministro a Norteamérica.

En conclusión, las problemáticas de Chihuahua son complejas y requieren un enfoque integral. Sólo con un esfuerzo coordinado entre el gobierno, las empresas y la sociedad, Chihuahua podrá superar estos desafíos y avanzar hacia un futuro más próspero.

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